El sometimiento de una víctima de violencia de género responde a la progresión de la violencia que padece, con resultado del deterioro de la autoestima y la autonomía de la mujer.
Se habla de progresión puesto que la violencia casi nunca es explícita y existen diferentes tácticas de control que pueden pasar desapercibidas e incluso interpretarse como demostraciones de amor y/o confundirse con acciones de cuidados.
Por esto, a finales del mes de mayo en Madrid, y de una forma muy diferente, tuvimos oportunidad de reflexionar sobre aquellas tácticas de dominación que son más habituales. Prestando especial atención al contexto de la normalización de algunas de estas violencias o abusos; desde un cuestionamiento amable, en un espacio seguro e incorporando su conocimiento como estrategia preventiva en relación con las relaciones de pareja que se establecen.